·El vínculo emocional intenso – «apego seguro»- es muy importante para la salud y el aprendizaje de los niños/as
·Cuando las mamás (y papás) responden a las necesidades de sus hijos e hijas y son una fuente confiable de consuelo, los niños/as aprenden a manejar sus propias emociones
¿Qué es el apego seguro?
El apego es un tipo de vínculo que refleja el lazo afectivo entre el/la bebé y quien lo/a cuida. Esta persona cuidadora (mamá, papá, abuela…) debe mostrarse atento/a a las necesidades del niño/a (estar disponibles, cuidarles, consolarles cuando lloran, ser afectuosos, etc.), para conseguir un apego seguro. Algunas características de este apego son que el/la bebé busca la proximidad y el contacto físico con su cuidador/a, y al separarse de él/ella busca tener su atención. Este bebé se siente más seguro/a para explorar cuando tiene cerca a este/a cuidador/a. Los bebés pueden llegar a vincularse con 4 o 5 personas pero siempre hay una persona con la que el vínculo será mayor.
Los niños/as con apego seguro hacia sus cuidadores/as tienen una mejor autoestima, confianza y autonomía a lo largo de su vida.
Los menores de 3 años que no forman vínculos fuertes con sus madres (o padres) tienen más probabilidades de ser agresivos, desafiantes incluso hiperactivos
Según un estudio realizado en EEUU con 14.000 niños y niñas, los menores de tres años que no forman vínculos fuertes con sus madres o padres tienen más probabilidades de ser agresivos, desafiantes e hiperactivos como adultos. Estos vínculos de apego seguro, como hemos comentado, se forman a través del cuidado temprano de las madres (y padres) y la respuesta a sus necesidades físicas y afectivas, como abrazarles y consolarles cuando lloran.
“Cuando los padres responden a las necesidades de sus hijos y son una fuente confiable de consuelo, los niños aprenden a manejar sus propias emociones y conductas”, dijo Sophie Moullin, una doctoranda del Departamento de Sociología de Princeton .
Su análisis muestra que aproximadamente el 60% de los niños y niñas desarrollan fuertes vínculos con sus padres, que se forman a través de acciones simples, como responder a las necesidades del bebé y el contacto afectuoso. Tales acciones apoyan el desarrollo social y emocional de los niños, lo que a su vez fortalece su desarrollo cognitivo (proceso por el cual los niños y niñas aprenden a conocer el entorno y cómo esto afecta a su cerebro y a las conexiones neuronales).
Además, el estudio muestra que los niños y niñas que crecen en la pobreza, por ejemplo, pero tienen fuertes vínculos con la mamá, tienen dos veces y media menos probabilidades de mostrar problemas de conducta en la escuela, problemas en el desarrollo del lenguaje, abandono escolar,…
Fuente: Instituto europeo de Salud Mental Perinatal + info