Relato de una madre adolescente: ‘La etapa más feliz de mi vida’

Hace un año me enteré de que estaba embarazada. Lo supe ¡por unos nachos con queso!, sí, sí. Los nachos me chiflan, pero cuando iba a comerlos me entraban mareos y nauseas. Pensé que quizás era porque me tenía que venir la regla, pero no, así que decidí hacerme un test de embarazo, y ¡salió positivo!

No sabía qué hacer, si reír o llorar. Tenía que contárselo a mis padres, pero.., ¿cómo? Estaba muy nerviosa y decidí hablar primero con mi madre. En realidad, no pude hablar, no me salían las palabras, así que le di el test y me quedé callada. Ella tampoco supo cómo reaccionar, si reír o llorar, y me dijo: “se lo tenemos que decir a tu padre”.

Estaba asustada, no sabía cómo reaccionaría mi padre, qué me diría, pero se lo dijimos juntas, y también le dije que quería seguir adelante con el embarazo. Al principio se enfadó, pero poco a poco lo fue aceptando y pasé todo mi embarazo con ellos. El padre de mi bebé no se hizo cargo, pero eso no me importó mucho, porque no estaba sola.

Fueron pasando los meses y aquella personita que tenía dentro de mí, iba creciendo y yo cada vez la amaba más. La primera vez que escuché su corazón no podía creérmelo, me puse a llorar de la emoción. El corazón de mi niña latiendo dentro de mí era lo más bonito que había oído en mi vida. Unos meses más tarde me hicieron otra ecografía y la pude ver, era tan pequeñita… Entonces supe que era una niña y me sentí muy feliz. De los nervios le dije a la enfermera: “Parece un mini Alien”, jajajaa.

Fueron pasando los meses y mi barriga iba creciendo, cada vez me sentía más pesada, parecía un pingüino al caminar, pero me sentía muy feliz. A los ocho meses preparé las bolsas para el hospital y poco después, cuando faltaba un mes para que mi pequeña estuviese en mis brazos, fui al el doctor y pasó algo inesperado. Me programó una cesárea y una semana más tarde, el 23 de junio de 2014, nacía Bianca. Un día que nunca voy a olvidar, el día en que nació mi razón de vivir, mi pequeño angelito.

La cesárea fue muy bien, duró una hora, y mi pequeño bichillo nació a las 11:52 de la mañana. Ella lloraba y yo también, de la emoción. En la sala de observación la puede coger, tocar, besar,… No podía creérmelo, ya estaba aquí, ya la tenía, era tan linda y pequeñita… Allí empezó mi maternidad, la etapa más feliz de mi vida.

Y ahora estoy aquí, con mi niña de un año, afrontando todo lo que nos venga. Tenerla me ha hecho muy feliz, y creo que un hijo es la cosa más hermosa que puede tener una mujer. Te alegra los días con sus sonrisas, sus pequeñas locuras, y hace que aunque estés mal te salga una sonrisa. Es mirarla y pensar: ¿Qué haría yo sin mi hija? Por eso os digo a las mamis, que queráis mucho a vuestros hijos porqué siempre estarán con vosotras, nunca os abandonarán y siempre podréis contar con ellos, y ellos con vosotras.

Marta, madre adolescente

Fue mamá a los 19 años.

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