
A veces pensamos que los/as bebés necesitan muchas cosas materiales, pero en realidad no es así. Lo que más necesitan los/as bebés es nuestro amor y el contacto constante con mamá. Necesitan desarrollarse física y emocionalmente y afectivamente: recibir y dar amor.
Necesidades físicas
Los/as bebés tienen necesidades físicas y emocionales. Cuando le cambias los pañales a tu bebé, y lo miras a los ojos, le cantas una canción o la acaricias, haces que se sienta muy a gusto. Poco a poco irá «recordando» que tú le haces esas cosas que tanto le gustan y te lo podrá demostrar a su manera: mirándote a los ojos, sonriéndote, sintiéndose tranquilo/a y a gusto cuando está contigo, etc.
Algunas necesidades físicas que debes tener en cuenta son:
– Un espacio seguro y adaptado (enchufes cubiertos en casa, protección para evitar caídas de la cama o las escaleras, medicamentos y utensilios de corte en lugares donde no son capaces de llegar, etc..).
– Un espacio tranquilo y sin estímulos muy fuertes (sin gritos, ruidos, luces muy intensas, etc..).
– A buena temperatura para el cuerpo, tanto cuando están en la bañera como cuando están en la calle o en casa.
– Una buena higiene del cuerpo, la ropa y el espacio.
– Alimentación equilibrada y adaptada a la edad tiene, con el asesoramiento de profesionales de la salud.
– Tiempos y espacios adecuados para moverse, hacer ejercicio y jugar.
– Dormir las horas necesarias en un lugar adecuado.
– Estimulación sensorial: ver cosas diferentes, tocar las cosas, escuchar sonidos, música y voces de personas que están en contacto, oler y probar cosas diferentes y aprender cuáles son buenos y cuáles no).
– Explorar lo que lo rodea: tocar cosas alrededor, ponerse las cosas en la boca, tirar cosas al suelo y ver cómo caen, etc.
Necesidades emocionales
Tu bebé tiene unas necesidades emocionales que tú, como mamás y principal modelo de tu hijo o hija, deberás atender:
– Los bebés y las niñas y los niños necesitan contacto corporal con las personas que los cuidan para crecer: abrazos, besos, caricias, mimos, etc.
– Seguridad emocional: aceptarle y amarle tal y como es, tratarle con respeto y amor..
– Encontrar protección de riesgos imaginarios, como pueden ser monstruos, vampiros o la oscuridad. Son cosas que para la gente adulta pueden ser «tontas» pero no lo son para ellas y ellos.
– Jugar. Es importante que puedas pasar ratos de juego y aprendizaje con tu hijo o hija, aparte de ratos en que la alimentas o le cambias los pañales. El juego es una necesidad.
– Facilitarles la exploración de su propio cuerpo. Poco a poco aprenden qué es cada parte del cuerpo, como los genitales. Este aprendizaje se debe tratar de manera natural y entendiendo que es diferente de la sexualidad de las personas mayores.
– Los niños y niñas entienden muchas cosas incluso antes de hablar. Hay que pensar de qué cosas les hacemos participar y de cuáles no. Por ejemplo, se les debe poder proteger de una pelea entre adultos.
– Relacionarse con otros niños/as de su edad y con otros adultos/as, a partir de los 2 años. Antes necesita sobretodo estar con una o dos personas la mayor parte del tiempo.
Si a un niño o niña se le respeta, se le escucha y se le ama, aprenderá a ser respetuoso/a y cariñoso/a. Y por el contrario, si se le trata con gritos, amenazas, etc., aprenderá a relacionarse de este modo.